La OTAN no es sorpresa
/por Jimy Ríos/
La OTAN no es sorpresa.
El pueblo colombiano que resiste en armas no encuentra sorpresas en
los anuncios de Santos sobre la OTAN. Así mismo, los pueblos de la
Patria Grande no deberían caer en engaños ni en coyunturalismos
mediáticos, como lo sucedido en 2009 con el caso de las 7 bases
norteamericanas en nuestro territorio. Tampoco deben pensar que el
derrotado Plan Colombia, se circunscribe solo a la cuna de Manuel
Marulanda. No puede ser una línea de acción que reaccionemos
momentáneamente a los titulares.
Desde el año 2000, por ejemplo, “las FARC habían advertido a los países de América Latina sobre que el Plan Colombia no era otra cosa que una punta de lanza del imperio para, desde Colombia, tomar al continente. No obstante, el análisis del Plan Colombia como factor de peligro para la región solamente figuró como simple preocupación retórica en los discursos de los países suramericanos que ya se reunían buscando la senda de la coordinación en espacios del tipo UNASUR.” (Ver: “Bases militares yanquis en Colombia. Una estrategia de recolonización del Imperio Maldito.” Jesús Santrich, integrante del Estado Mayor Central de las FARC-EP. Octubre 30 de 2009.)
Vale la pena releer este texto del camarada Santrich, en el cual se
ilustra y se demuestra con creces el recorrido histórico y el largo
camino de subordinación de las élites colombianas a los Estados Unidos,
hasta llegar a la situación actual; además plantea con certeza los
escenarios a los cuales se enfrentaría Nuestra América de continuar esa
alianza.
Bajo el subtítulo “Monroísmo y Santanderismo, antítesis del
Bolivarismo” Jesús Santrich, citando el estupendo trabajo de Juvenal
Herrera, nos recuerda que “El 2 de diciembre de 1825, Santander,
abriéndole las puertas a la sumisión, escribe: “Con los Estados Unidos
mantenemos las más cordiales relaciones (...). Colombia va a tener el
laudable orgullo de ser el primer Estado de la antigua América española
que presenta al mundo unido por medio de tratados públicos con la nación
más favorecida del genio de la libertad.” En el mismo contexto
(Santander) exhortó a reconocernos como “hermanos menores” y “dignos
discípulos” de los EEUU, diciendo que había que dar gracias a la
Providencia por “haber encontrado el sitio de nuestra dicha en el mismo
continente americano”.”
Una reedición de éste discurso santanderista, lo emitió desde
Washington el ministro de defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, justo
un mes antes de las difundidas declaraciones de Santos. “Colombia ya no
es un problema, es vista más bien como un caso donde hay oportunidades y
situaciones que sirven de ejemplo y en cierto sentido donde esta
asociación estratégica que hoy existe entre Colombia y Estados Unidos,
sirve para colaborar con otros países de la región que requieren de la
experiencia en seguridad que Colombia ha venido desarrollando… la
relación va mucho más allá que el Plan Colombia”, dijo Pinzón.
Entonces no caigamos en los coyunturalismos. Los analistas se
preguntarán por qué Santos difunde esas intenciones que sin representar
novedad, son planteadas en una coyuntura que termina obstaculizando el
camino de la paz en Colombia y en el continente entero. Coyuntura
marcada por hechos ampliamente destacados por estos días pero que tienen
detrás un largo proceso el cual no puede ser invisibilizado por la
velocidad con que pasan los hechos en los medios de comunicación:
1. Cumbre presidencial de la Alianza Pacífico entre Colombia, Perú,
Chile y México con posibilidades de otros ingresos como Costa Rica y
Panamá. Hecho interpretado en términos del intento de reposicionar el
neoliberalismo, el ALCA, los TLCs y otras estrategias de libre mercado.
Llevan años invertidos en esta Alianza y Colombia en particular ha
gestionado su ingreso a los organismos multilaterales de la Cuenca del
Pacífico.
2. El encuentro de Santos con Enrique Capriles líder de la oposición
venezolana, en el Palacio de Nariño, es una muestra más de que la
oligarquía colombiana es abanderada del santanderismo continental. Nada
nuevo tampoco. Santos reconoció el golpe de Estado contra el presidente
Hugo Chávez en 2003 y siempre fue hostil con el proceso bolivariano.
¿Qué pudo haber cambiado?
3. A estos hechos sumar la visita del Vicepresidente de los Estados
Unidos y como se dijo, un mes antes estuvo Pinzón en la capital
estadounidense. Además de que los anuncios con respecto a la OTAN
precedieron la gira de Santos por Inglaterra donde agradeció “su apoyo
en muchos frentes, como el ingreso en la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)", y la cooperación con el
Reino Unido "en materia de inteligencia y seguridad". De ahí siguió para
Israel donde fue a ratificar el TLC y los acuerdos militares con ese
país, en el cual tiene iguales o mejores relaciones, denunciadas en
otras oportunidades y que en éste artículo no vamos a retomar.
Pero eso está bien en los análisis de coyuntura. A nosotros los
bolivarianos corresponde el estudio y la alerta permanente y la
preparación continua para la resistencia y el ejercicio del derecho a la
rebelión armada en la lucha anticapitalista y antiimperialista.
Más allá de eufemismos de si se trata de ingresar a la OTAN o de un
acuerdo de cooperación, lo importante es la disposición de éste régimen
de terror para cooperar con el imperialismo en contra de los procesos de
autodeterminación, con planes anticomunistas y antibolivarianos. Tener
en cuenta que Egipto, Israel, Japón y Corea del Sur, sin ser miembros
formales, reciben ayudas norteamericanas y juegan en favor de los
intereses del capitalismo en sus Regiones.
El inglés no es un idioma ajeno a la oligarquía y a sus FFAA, pues
son numerosos los personajes que lo tienen como lengua materna.
Militares colombianos reciben y brindan formación en los Estados Unidos;
en ese idioma reciben orientaciones y comparten experiencias de terror.
Y más allá del idioma, la simbología y la codificación OTAN ya están
vinculadas a esas instituciones castrenses; han realizado ejercicios
conjuntos; militares colombianos han participado en Afganistán en nombre
del Tratado; Colombia tiene un embajador ante esta instancia en
Bélgica. En definitiva, muchos antecedentes hay, por los cuales no
representa una sorpresa que Santos se coloque una camisa que dice I love
OTAN.
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