Colombia ¿De
cuál paz habla señor Santos?
O la fabula
del farsante y la paloma ultrajada
¿De qué paz habla señor Santos? Eso
me he preguntado cuando veo los horrores que usted y el gobierno que preside
asestan sobre el pueblo. Una
profanación de todos los derechos, un entramado de poder y sometimiento, un
simulacro de democracia con la muerte cabalgando. Hace tres meses y 23 días que
inició este año y en tan poco tiempo, los hechos generados desde su poder y el
de los de su clase espantan. En líneas posteriores me referiré a algunos.
Continúan la brutal política de exterminio, saqueo, despojo, entrega del país a
las multinacionales(1). Ustedes entregan nuestro país como si fuera su
propiedad privada. Esas son, entre otras, las “gracias” de su clase, para las
terribles desagracias del pueblo. No es diferente de lo que viene sucediendo
con los sucesivos gobiernos de turno desde el Frente Nacional, a no ser por el
incremento del sistema de la codicia(2).
Juzgará usted, aunque su juicio
signado por intereses USA no debe ser muy ecuánime. Entonces juzgaran los
lectores. Señor presidente Juan Manuel Santos, usted ha ultrajado y
resquebrajado la paz, sin dejar lugar ni rincón alguno del país sin esa huella
de humillación y barbarie propia de su clase contra los humildes. Ustedes han
impuesto una guerra desplazando, masacrando, reprimiendo, asesinando,
encarcelando, empobreciendo, desapareciendo a campesinos indígenas,
trabajadores, obreros, desempleados, estudiantes, sindicalistas… y más de
los nadies, como diría el gran Galeano. Guerra que indolentes disimulan con
sonrisas de cartón, trajes de corbata y discursos de bufones.
Pero usted habla de paz con ufano
en todos los escenarios -hace poco se regodeaba en la Cumbre de la Américas-.
La paz es para usted ese falso ropaje con que se viene cubriendo desde que
empezaron las llamadas conversaciones con los insurgentes. A esa paz que usted
pronuncia, contraria a los hechos, hemos de emplazarla y combatirla hasta
enterrarla y le pondremos una cruz de carretera, como las que se ven camino a
Buenaventura de terrible desventura. Inicio con algunos de esos hechos de la carnicera paz que alienta a su
encumbrada clase.
Hechos
escabrosos: cuerpos desmembrados, desfigurados, torturados. Las “casas de pique”
paramilitares: carnicería humana que muestra la demencia paramilitar y el
anticomunismo que le han infundido en sus entrañas los formadores militares. ¿Cómo
es posible que un país mantenga tal grado de horror? Cómo se incuba y
desarrolla? Usted anunció hace más de un año ante la opinión pública que tomaría
cartas en el asunto… no es para menos, ¡es un imperativo, una exigencia, una
obligación suya como presidente! Pero… ¿Qué ha hecho usted?, militarizó a
Colombia. Y parecería una paradoja que con toda esa fuerza militar siga viva la
tragedia; si no se supiera que el paramilitarismo está preconizado en los
mismos militares. Usted adelanta la Alianza Pacifico -OTAN-, su Master
Plan 2050, los megaproyectos de ampliación portuaria, la explotación
minera, la nueva zona industrial que ubicarán en los que antaño fueron los
barrios que le arrasaron a la población nativa. En Buenaventura bulle la
caldera del diablo: desapariciones, masacres, despojo, destierro y
desplazamiento. Expulsan con toda barbarie a sus habitantes para sus planes pro-imperialistas.
O ¿qué podemos deducir señor Santos?
Y en la Guajira, donde el mar ha de estar rugiendo de
dolor, los indígenas Wayúu están muriendo de hambre y sed, porque el río madre del que se
proveían, su rio ancestral fue represado y su agua privatizada para la explotación
de la mina de carbón (a cielo abierto) más grande del mundo. Por efecto de ello
y de las condiciones deplorables de descuido y abandono, los niños están muriendo de
inanición, las mujeres de dolor, los hombres de desolación, los viejos de
tristeza. ¿Es otro hecho
de paz señor Santos? Ésta, la mayor etnia indígena de
Colombia, atacada por su gobierno que entrega, y respalda, no a su pueblo, sino
a las multinacionales que saquean el país.
Otro suceso reciente que reitera
la indolencia de su paz y la de su clase, acaeció en el norte de Antioquia: las
Empresas Públicas de Medellín y la policía de la que ustedes tanto se
vanaglorian, procedieron a desalojar niños, viejos, mujeres y hombres que
habitaban ancestralmente las riberas del cañón del río. Comunidades que
encontraban su sustento a través del barequeo, la pesca y la agricultura
tradicional respondiendo a sus necesidades de subsistencia. La inspectora ordena desocupar el lugar en tres horas, el escuadrón
móvil antidisturbios -ESMAD, ese aparato de guerra represión y muerte que
ustedes tienen para acallar marchas, protestas, huelgas, los cerca intimidándolos
y afrentándolos. Como consecuencia, más de 81 personas se ven obligadas a
desplazarse (3). ¿Se ensañan contra los desposeídos
para beneficiar sus arcas?
¡Represión!.
Ese es el tratamiento con que usted y su gobierno ultrajó también a los
humildes corteros de caña que tuvieron que acudir a la huelga para defender sus
derechos. “A las 5 de la mañana… , un
nutrido contingente del ESMAD atacó con fuerza brutal a más de 500 corteros de
caña del Ingenio Risaralda”. “Los agarraron dormidos y les
cayeron con palos y toletes. Hasta les quitaron sus machetes y comenzaron a
arremeter contra ellos "Los molieron a golpes y les dispararon a
quemarropa las bombas lacrimógenas” Sin palabras, qué podemos pensar,
sino que su apellido debería
aludir a los mil demonios (4).
Y en el
norte del Norte del Cauca, la población indígena, dado el incumplimiento del
Estado –devolverles las tierras-, se vieron impelidos a la Minga de Liberación
de la Madre Tierra. Procedieron a tomar las tierras que les habían sido
despojadas, ¿que hizo usted? su gobierno reitera la violenta agresión mediante
su aparato de terror el ESMAD, gases lacrimógenos
recalzados, artefactos no convencionales y armas de fuego El
resultado: niños, mujeres y
hombres heridos. No habrían pasado sino escasos dos meses,
cuando les asesinan 6 comuneros indígenas, la masacre (5) fue silenciada
por los medios (mientras hacían alharaca por los 11 soldados muertos, hecho
simultáneo, al que luego me referiré). Los asesinatos de los 6 comuneros son aquellos tan
característicos de la connivencia de paramilitares y ejército. Se ceban contra los
humildes, pues no hemos visto que tal atrocidad suceda a quienes hacen parte de
su clase.
En las regiones del Meta, del Cesar, del Magdalena, así como la del Magdalena
Medio, qué mejor testimonio que el de la delegación Asturiana de Verificación
de los Derechos Humanos que estuvo este año en el país realizando esta
observancia (6). Extraeré algunos apartes: “se han incrementado los montajes judiciales y las detenciones masivas
como método de retaliación contra quienes se niegan a cooperar con el ejército,
usando como prueba el testimonio de desmovilizados, o datos aportados por las
tropas que no llegan ni a ser constitutivos de indicio de actividades ilícitas.
Las detenciones masivas también se están produciendo contra opositores de los
proyectos mineros y energéticos. Un plan sistemático contra Marcha Patriótica y
Congreso de los Pueblos, y sus organizaciones integrantes en las regiones, lo
que resulta muy preocupante por antecedente de exterminio de la UP” “Persiste
la práctica ilegal del ejército de realizar redadas para forzar el
reclutamiento de jóvenes campesinos…, ” Las empresas transnacionales están
ocupando enormes territorios generando graves conflictos…, y se van erigiendo
en una suerte de “estados dentro del Estado”. Violan con impunidad normas
laborales, ambientales y tributarias e imponen a la población restricciones de
movilidad como ocurre con Pacific Rubiales, que traslada a las comunidades su “crisis”
aumentando pobreza, desempleo, además de represión y destrucción ambiental histórica
o las multinacionales del carbón (Drummond, Goldman Sachs, Cerrejón-Glencore-BHP
y otras) en el Cesar”. ¿Esa es su carnicera paz señor
Santos?. Podría recorrer con estas
líneas todo el territorio nacional
y el cuadro se repite.
Y
nuevamente la paz ultrajada con la ley de restitución de tierras de su
gobierno, otra farsa para quienes buscan justicia. No, no sirve. Tal es el caso
de los pequeños
mineros del sur de Bolívar a los que
se les despojó del territorio en que vivían y trabajaban. Su pertinaz lucha
durante 11 años termina flotando entre aire nauseabundo y olor de los derechos deshechos (7). O la de aquellos que
emprendieron marcha para recuperar las parcelas que les fueron arrebatadas 15 años
atrás con trampas, agresión y presiones. Me recuerda esa canción “lamento
Borincano”, que poco o nada sentirán
los de su oligárquica clase. En Urabá hombres y mujeres, niños y viejos salen
por la trocha, piensan remediar su situación, consignas alegres al paso de su
andar, sus pancartas dicen, “tierra y paz”, al llegar se encuentran con la
cruda realidad; y como el “jibarito”, tristes vuelven a la orilla de la carretera (8).
Señor
presidente Santos, es evidente que la paz de su gobierno tiene el sello de las élites
corruptas y fariseas; es evidente que la paz concebida desde la riqueza y los
privilegios, desde los que favorecen el gran capital, desde los que detentan el
poder, es contraria y opuesta de cómo la concibe, la siente y la vive el
pueblo. Y así lo expresó el pueblo con vehemencia en la marcha del 9 de abril. En ella la paz emergía como un animal
herido con sed de justicia social, de equidad, de democracia, de soberanía, una
paz concebida como la realización plena de los derechos todos, salud, educación
alimento, techo, la vida, el derecho a la tierra y al territorio. Ustedes han
mancillado los derechos del pueblo con las espinas venenosas del su mal nacido
poder.
¡Qué
brutalidad! heridos, muertos y encarcelados por luchar por sus derechos, víctimas
en los campos y ciudades, ¡incluso los que no estaban armados!, que no estaban
combatiendo y no brotaron por efecto del conflicto o enfrentamiento armado de
su clase con la insurgencia. Pero tiene usted el cinismo a flor de piel, culpar
a otros del desangre y la impiedad en que se viene debatiendo el pueblo
colombiano. No señor Santos. ¡Asuman su responsabilidad!, esto no es nuevo ni
excepcional, no son hechos aislados. Escuché decir y lo comparto, que la
responsabilidad de una guerra, incumbe, en primer lugar, a los que la provocan,
entonces y no precisamente son responsables quienes se indignan y la emplazan o
quienes con el supremo derecho a la rebelión la enfrentan.
Yo creo señor
Santos, quizás por aferrarme a la esperanza, que usted es incoherente, ¿o acaso
son las pericias de un jugador de póker? ¿Que se pretenda la paz haciendo la
guerra? eso y nada es lo mismo. Por el Cese Bilateral del fuego se pronuncian
diversas organizaciones sociales, políticas, ambientales, nacionales e internacionales.
Fue también una consigna aireada en la marcha del 9 de abril. También que abra
los diálogos con toda la insurgencia, el Ejercito de Liberación Nacional y el
Ejército Popular de Liberación, ¿pues como se entiende una partición de esta
forma? Se les pide, se le ruega, ¡se le exige que cesen los operativos
militares, los brutales bombardeos que todo destruyen!, ¡que cese el desangre!,
que esta apuesta no sea unilateral. Recuerdo que un aparte del informe de la
delegación de Paz de la insurgencia, decía que en el marco del cese unilateral “el ejército está realizando operaciones ofensivas contra las
insurgencias, dándose casos de ejecuciones de guerrilleros que estaban heridos
y, por tanto, fuera de combate”. A mi juicio, esos asesinatos son más que
cobardía, eso es otra muestra de los viles métodos con que los militares enfrentan
al adversario.
Y ello trae
a colación lo ocurrido recientemente en el norte del Cauca en que perdieron la
vida 11 soldados. Personas también del pueblo que ustedes toman como carne de
cañón. Porque no hemos visto que los de la oligarquía pongan su pechito, ni
manden a sus hijos a tal exabrupto. Dice el ejército que fueron atacados como
si fueran mansas palomas, que se metieron allí “buscando proteger a la población civil para enfrentar
a los grupos criminales que delinquen allí”, son palabras del General Valencia,
no mías. Cuando lo que hicieron los militares fue violar el DIH al instalar sus
casernas en medio de la población civil, poniéndola así en riesgo. Luego en sus
medios exacerban y deforman los hechos para hacer una propaganda contra los diálogos.
La desfachatez es que poco dijeron, cuando su ejército aprovechando la tregua unilateral de las
FARC EP mató al menos 20 guerrilleros en Nariño *(9) ¿Es que la vida vale según su criterio? y “la vida no vale nada si ignoro que el
asesino cogió por otro camino y prepara otra celada”.*(10) ¿No pretenderán que al meterse en terreno del adversario con armas y
equipaje militar, ejercer operativos militares en todo el país, y en razón de
que la otra parte esté en tregua, éstos se queden quietos esperando que los maten? ¿Y acaso debemos acogernos sin chistar a
su versión? Yo he visto cómo mienten una y otra vez: ¿es que hemos de hacer
caso omiso de la versión de la otra parte de la contienda?
En las
ciudades señor Santos, también sentimos la paz ultrajada, herida, casi sin
respiro, sumida y subsumida en el modelo neoliberal que ustedes, las élites con
olor a azufre, implementan. Esa injusticia que usted, tan de gran linaje, descendiente de quienes han
manejado el país, no quiere que se toque. Fue de lo primerito que en los diálogos
en la Habana dejaron sentado. Y qué ironía, los “malos” según ustedes abogando
por los anhelos populares y ustedes los “buenos” poniéndoles coto. Ustedes
henchidos de riqueza decidiendo los destinos del pueblo con acido muriático. En
las ciudades no es más que ver niños y viejos tirados en la calles buscando en
las basuras un mendrugo de pan, para ustedes son invisibles, los naides no
interesan. Que los trabajadores tengan salarios de hambre qué les importa, si
son ustedes los que han decidido que ganen al mes lo que ustedes se gastan en
una noche de farra y diversión, la tal tercerización para cortarle sus
derechos. El pueblo hacinado como animales cercados en los cordones de pobreza
y miseria, mientras ustedes en lujosas mansiones se apropian de la ciudad privatizando
hasta las calles y los arboles y las flores. La salud y la educación como
negocios de alta corrupción. Largo capítulo implicaría referir cómo se expresa
la paz en las ciudades con el sello de la ponzoña oligárquica. Mas no puedo
omitir, así sea en cortos reglones, el incremento de las amenazas a líderes, activistas sociales, defensores
de DDHH, organizaciones sociales.
Los asesinatos selectivos como el que entrando el año se infringió sobre el dirigente del Congreso de los Pueblos (11). Y como si poco fuera
se le suma el incumplimiento de todo y cualquier acuerdo con los sectores
populares, la impunidad más atroz, los terribles campos de concentración y
tortura, las cárceles de toda impiedad con el putrefacto poder que ustedes
derraman (12) .
Señor Santos,
entenderá por qué no puedo despedirme con mis mejores deseos para usted y los de su clase. Me empeño en
creer que un día desaparecerán de la faz de la tierra y que el pueblo vencerá
para vivir un nuevo amanecer. Ustedes han impuesto la guerra y el pueblo impondrá la Paz.
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Nota: Mi intento por no hacer largo este artículo fue imposible.
Muchos hechos de lo que va corrido del presente año 2015 ameritarían ser
registrados. La magnitud de lo que ha sido la política contraria a la paz de
este gobierno es imposible de sintetizar en pocas páginas. Seleccionarlos es otro
albur, al fin no apliqué un criterio estricto y más bien algo al azar. No
remito todas las fuentes consultadas, pero cada hecho registrado pueden encontrarlo
en la red.
(1) El 40% del territorio colombiano está pedido en concesión
para la minería multinacional. Más de la tercera parte de las
transnacionales son estadounidenses
(2) Los años más violentos de la guerra en Colombia
remiten a la década de los 40, particularmente 1946-1950, superados en años
recientes por los crímenes del paramilitarismo (estrategia estatal).
(3) 81 nuevas víctimas de desplazamiento por Hidroituango.
(4) Brutal y salvaje represión a corteros en huelga - Agencia Prensa Rural
(5) Era santista: Nueva masacre indígena en el Norte ..Anncol.
(6) Colombia: Ni posconflicto ni normalidad en Derechos.
(7) Despojo de pequeños mineros en el sur de Bolívar...
(8) Para estos
100 campesinos la ley de restitución de tierras.Las2orillas.
(9) Ejército aprovecha tregua unilateral de las FARC EP
y mata al menos 11 guerrilleros en Nariño
(10) Canción: La vida no vale nada, viene al caso.
Los presidentes de Colombia , son simplemente títeres de un siniestro imperio –el católico-cristiano- quienes hace el guion principal sobre el destino de estos ingenuos y por supuesto educados a la “imagen y necesidad” de hacerlos brutos e ignorantes , única manera de poderlos exterminar , ultrajar y explotar de la manera como lo han hecho desde la conquista , hoy la miseria , pobreza , hacinamiento de millones de colombianos es un plan premeditado por estos criminales de cruz al cuello , con el truco de la prohibicion de plantas y sustancias criminalizadas por este delirio puritano cristiano , han llenado de criminales , de pandillas , de mafias , de corruptos burócratas , para producir el caos que les permite gobernar bajo el terror , el miedo , el sacrificio , es por ello que su símbolo de adoración es un instrumento de martirio -la cruz
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