Hechos que se inscriben en la cruenta guerra que ejercen los poderosos contra el pueblo colombiano. Guerra para el sometimiento, guerra para entregar territorios a multinacionales, guerra para saquear los recursos naturales, guerra para que las elites sigan en el poder, guerra para la acumulación del capital. Guerra que desplaza, asesina, masacra, generando horrores que lengua mortal decir no pudo. Esa es la guerra que destroza a Colombia. La guerra no se circunscribe al conflicto armado como nos quieren hacer creer, y como les creemos al parecer*1.
Así entonces, un contexto de guerra es el telón de fondo de los sucesos particulares que le
imprimieron al 2013 lo particular, que le hicieron ser lo que fue, que le
dieron su propio carácter. Tres
sucesos son su más vehemente
expresión: 1. El
levantamiento campesino o Paro Nacional Agrario 2. Las conversaciones entre las
FARC EP y el Gobierno; 3. La destitución e inhabilidad política del Alcalde
Mayor de Bogotá. En este artículo me voy a referir a los dos primeros temas, y
el tercer tema lo trataré en otro artículo, no solo por las muchas líneas que implican, sino porque
les daré un tratamiento, o si se quiere, un estilo diferente.
Levantamiento
campesino
En el 2013 se revitalizó la protesta y movilización
popular por abrir resquicios, cauces y semblantes a la justicia, a la equidad,
a la soberanía, inexistentes en Colombia. En este panorama se elevo como un
pájaro de vistosas alas, un
levantamiento campesino que al decir de Renán
Vega Cantor, “se convirtió en la protesta social más
importante que se ha llevado a cabo en Colombia en las últimas décadas”*2. Nunca en mucho tiempo habíase visto una gesta de esta
magnitud y significado. Su fuerza impactó las urbes y nos vimos en las calles
con cacerolazos, incluso quienes han sido indiferentes al vivir campesino, y a
pesar del intento de los medios por subestimar el paro, y el pronunciamiento
del presidente santos diciendo: “el tal paro agrario no existe”.
Desde
febrero se sintieron pasos de animal grande, iniciaron los caficultores y
camioneros, el 10 de junio siguieron los cocaleros del Catatumbo que durante 53
días batallaron heroicamente, entrelazándose con el paro de los mineros artesanales –desde el 17 de julio-, ya en
agosto y septiembre adquirió la dimensión del memorable Paro Agrario
Nacional. Este levantamiento quedará registrado en los anales de nuestra
historia y presagia el advenimiento de un sector campesino fortalecido y engrandecido.
Como
los comuneros de antaño, los vimos luchando con palos machetes y piedras para
enfrentarse a la brutal acción represiva del gobierno santista que, sin mediar
palabra y sin reparo alguno, les opuso
el aparato militar del estado: el ejército y el brutal ESMAD -policía
antidisturbios-. “Tanquetas,
helicópteros artillados y desembarco de tropas, sobrevuelo de aviones de
guerra, fusiles, perdigones, bombas aturdidoras, gases, bombas caseras con
metralla”*3. ¡Quien lo creyera!, y ver para creer el documental, Los Hijos del Catatumbo*4.
El penoso resultado: 17 campesinos
muertos, más de 600 heridos, otros tantos apresados y judicializados. ¡Qué
vileza! o como calificar esta
infamia? esa es la forma en que actúa el que se dice el presidente
de la Paz?, o al que así consideran? Llama la
atención el cinismo, ese llamado por todos los medios a la protesta pacífica,
cuando el gobierno santista mata manifestantes, hieren, encarcelan, cinismo es ese
decir del gobierno, que el derecho a la protesta social se
respeta.
El levantamiento campesino nos insto de nuevo a
reparar las tormentosas condiciones que vive nuestra gente en las zonas rurales
de Colombia. Pobreza, miseria, deficientes o carentes servicios públicos. Llevar a los hijos a la escuela o
encontrar atención en un hospital, se convierte en una odisea. Cultivar sus
productos? ¿Con que y cómo? los costos de producción no se compensan con los
que reciben por la venta. Trasportar los productos, otro calvario. Lograr
ingresos o empleo estable, un
sueño imposible. Con el arduo trabajo por cuenta propia y con el sudor de la
frente, no pueden ni alimentarse medianamente.
Ese es el drama social cotidiano de sus vidas. A esas crueles manchas y huellas
que ha dejado el abandono del estado, le suman la barbarie que éste ejerce con tal
indolencia, –como viene ocurriendo- para despojarlos del terruño cuando sus
tierras les interesan para grandes inversiones, cuando hay una política de
extranjerización de tierras. Cual justicia?
Cuál es la verdad? El representante de la oligarquía Santos, dice que nuestra economía es ya una de las más prósperas de América Latina, será la de su clase que jamás tiene que acostarse con el estomago vacio, con los nenes llorando de hambre, con algún abuelo enfermo y sin el dolor, la angustia y el riesgo que amenaza el mañana.
Cuál es la verdad? El representante de la oligarquía Santos, dice que nuestra economía es ya una de las más prósperas de América Latina, será la de su clase que jamás tiene que acostarse con el estomago vacio, con los nenes llorando de hambre, con algún abuelo enfermo y sin el dolor, la angustia y el riesgo que amenaza el mañana.
Por el Paro Nacional
Campesino supimos que nuestro país cafetero en vez de exportar café lo importa
-en gran medida- de otros lares; que igualmente se importan masivamente
productos agrícolas subvencionándolos; recordamos que una red de intermediarios
y especuladores exprimen a los labriegos;
supimos que retumba el Catatumbo con el grito que reclama una existencia digna, supimos de sus penas, penitas, penas y de su legítimo anhelo
de una zona de reserva campesina. En sintonía fuimos testigos de los clamores
de los que siembran la papa, de los lecheros, paneleros, cacaoteros, arroceros,
algodoneros, maiceros, plataneros, cebolleros, de los mineros artesanales. Confirmamos que la firma de los Tratados de Libre
Comercio por los últimos gobiernos ha
dejado desvelo, adversidad, penalidad e incertidumbre. Que la deuda social con
el campesinado data de más de un siglo. Que fue la contundencia del paro y la
convicción de un ideario, lo que obligo finalmente al gobierno a la firma de
acuerdos con el campesinado*5.
En el 2013 la tierra y el territorio rugieron desde todos los rincones del país. Precisamente la tierra ha sido el núcleo de una confrontación que históricamente ha marcado el conflicto social y armado que vive Colombia.
Dos de los seis puntos mayores del pliego de peticiones del Paro Nacional Agrario*6 lo refieren:-Exigimos acceso a la propiedad de la tierra.-Exigimos reconocimiento a la territorialidad campesina. Como dice la canción “Yo pregunto a los presentes, si no se han puesto a pensar, que esta tierra es de nosotros y no del que tenga más*6 Entonces la necesidad de una política agraria, -en la que el campesinado demanda lógicamente participar-, la inversión social, las facilidades crediticias, la asistencia técnica y demás anhelos y aspiraciones, pasa por ese derecho a la tierra y ese territorio de identidades y dignidad para las comunidades campesinas. Aquellas mismas que son los que nos dan el fruto y la yuca y la papa al 70% de los colombianos*7.
Que son nuestros ancestros, nuestra Colombia profunda como lo expreso alguien, que son el eje de una genuina expresión de pueblo en resistencia y lucha, que son en síntesis, las entrañas de nosotras y nosotros mismos. Nos queda entonces rodearlos, apoyarlos, solidarizarnos y comprender que su lucha es la misma nuestra.
En el 2013 la tierra y el territorio rugieron desde todos los rincones del país. Precisamente la tierra ha sido el núcleo de una confrontación que históricamente ha marcado el conflicto social y armado que vive Colombia.
Dos de los seis puntos mayores del pliego de peticiones del Paro Nacional Agrario*6 lo refieren:-Exigimos acceso a la propiedad de la tierra.-Exigimos reconocimiento a la territorialidad campesina. Como dice la canción “Yo pregunto a los presentes, si no se han puesto a pensar, que esta tierra es de nosotros y no del que tenga más*6 Entonces la necesidad de una política agraria, -en la que el campesinado demanda lógicamente participar-, la inversión social, las facilidades crediticias, la asistencia técnica y demás anhelos y aspiraciones, pasa por ese derecho a la tierra y ese territorio de identidades y dignidad para las comunidades campesinas. Aquellas mismas que son los que nos dan el fruto y la yuca y la papa al 70% de los colombianos*7.
Que son nuestros ancestros, nuestra Colombia profunda como lo expreso alguien, que son el eje de una genuina expresión de pueblo en resistencia y lucha, que son en síntesis, las entrañas de nosotras y nosotros mismos. Nos queda entonces rodearlos, apoyarlos, solidarizarnos y comprender que su lucha es la misma nuestra.
Las conversaciones entre las FARC EP y el Gobierno
Entre la
guerra y las expectativas de paz, continuaron durante el año 2013, en la Habana
Cuba, las conversaciones de los adversos marcados por una historia de
enfrentamiento a muerte. El suceso
que ha sido una conjetura para el logro de la paz, se desarrollo entre claro-obscuros.
Claro: allegarse a acuerdos en dos puntos: 1. El tema agrario - la tierra y el desarrollo rural y 2.
Participación Política –acuerdos parciales- Obscuro: lo rechazable y lo
deseable en lo que para cada una de las partes, significa la paz.
Para el gobierno, significa la desmovilización de
la insurgencia y la entrega de armas, a
cambio, de “unas curules”. Para la contraparte, la paz no se concibe sin
justicia social.
J Antonio Gutiérrez D expresa: “Nadie en su sano
juicio puede negar que todos los aspectos que la insurgencia reclama (tierras,
recursos naturales, democracia, medio ambiente, educación, salud, seguridad
social, etc.) son temas de crucial importancia*8, podría añadirse, y son temas
que competen a la paz.
No es casual que todo lo solicitado en el pliego de peticiones por
el campesinado en el Paro Nacional Agrario, coincida con las propuestas de las FARC EP en los diálogos de La
Habana, y estén contendidos en los
acuerdos del primer punto. Como tampoco es casual que los
insurgentes se sientan afrentados por la acción del procurador contra el
alcalde mayor de Bogotá. Acción estrechamente relacionada con punto dos de
la agenda. Lo acontecido en estos sucesos, va en contravía de lo que se viene
pactado.
No obstante “el
secretismo”, podemos percibir e
inferir que las cosas no fueron expeditas, ni fáciles en la mesa de negociación
en la Habana. Este capítulo 2013 podría
titularse: Las conversaciones entre las FARC y la abuela desalmada, parodiando
el titulo del cuento de García Márquez: La Cándida Erendira y su abuela
desalmada.
Si bien, las FARC no es asimilable, a la cándida Erendira,
el gobierno sí parece ser la abuela desalmada. Esa que dice NO a todo, a tiempo
que da garrote venteado –entiéndase incrementar la fuerza militar y los ataques contra la insurgencia-. De hecho exactamente el 1 de
enero del 2013 daban cuenta de 14 guerrilleros de las FARC en un
bombardeo a un campamento en Chigorodó, en Antioquia.
Podríamos figurarnos estas conversaciones así:
Que un cese bilateral al
fuego: que No. Que la participación del pueblo en los diálogos*9: que No.
Que reformas institucionales: que No. Que cambios al
modelo económico: que No. Sobre
el saqueo de los recursos: No.
Sobre la destrucción del hábitat: No. La abuela desalmada gusta de decir: esos temas no hacen parte de la agenda.
Parece que a la abuela desalmada le causa escozor escuchar las palabras de
soberanía, de democracia plena, de modelos alternativos de desarrollo en el
tema de victimas*. El prurito de la abuela
desalmada, es que es de muy mal tono hablar en la mesa de ciertos temas, a
menos que lo que se hable, conduzca a lo que ella quiere. Y que es lo que ella
quiere? Lo dicho. Finalizando el año el presidente Santos, ante la
Convención Nacional del partido Cambio Radical lo confirmo: Allá lo único que se está negociando es una
transición para que esa gente deje las balas, deje las armas y las cambie por
votos, por los argumentos, y ponerle fin al conflicto”. Las FARC, por su parte insisten: “no nos encontramos en La Habana negociando
una transición para dejar las armas a
cambio de unos votos”. Sesenta
años de lucha armada buscando justicia social y verdadera participación
política van mucho más allá del tema de esos votos*10.
Con tan disimiles
miradas, en las que, para el gobierno los temas se pueden hacer reductibles y
para la contraparte los temas tienen mucha tela que cortar, ¿cómo? Se explica
con ello que el resultado obtenido, no satisfaga a las partes que aprecian se ha llevado largo tiempo.
Que nos depara en
este 2014 estos diálogos en dos
idiomas diferentes y con dos sonidos discordantes? ¿Cómo concebir la paz sin
profundos cambios en lo económico, en lo social, en lo político y en los
diferentes ámbitos?, ¿es que el modelo neoliberal y el capitalismo salvaje
permiten la paz? la preguntas, sin claras respuestas, nos quedan abiertas para este
2014.
Nota: Pendiente
articulo con el tema anunciado: La
destitución e inhabilidad política del Alcalde Mayor de Bogotá.
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NOTAS:
*1 Entiendo que en rigor, no se le denomina guerra
a las acciones del terrorismo de estado, pero entonces me pregunto si no son
precisamente eso: Guerra. O alguien que tenga la amabilidad de explicarme que
es la guerra y por allí derecho que es la paz
”*2 Renán
Vega Cantor, Rebelión/La Rebelión de los enrruanados
”*3 Parágrafo
tomado de un articulo José Antonio Gutiérrez D www.rebelion.org/noticia.php?id=172839
*4 Los
hijos del Catatumbo www.youtube.com/watch?v=Ku6KZWaZEJI
*5 A la fecha nueva manifestación aproximadamente 20.000 agricultores y
medianos empresarios de 15 regiones del país se trasladan a Bogotá, por el
incumplimiento del gobierno de los acuerdos pactados
*6 Canción a desalambrar
*7 Este es el pliego de peticiones del paro
nacional agrario www.ips.org/.../este-es-el-pliego-de-peticiones-del-paro-nacional-agrario..
*7 No obstante que: un “0,43% de grandes latifundistas es dueño del 62,91% del Área Predial
Rural, y en abismal contrate, el 57.87% de campesinos (minifundistas y pequeños
propietarios), tiene un ridículo 1.66% de la tierra.
”*8 www.rebelion.org/noticia.php?id=155173-.
*9 Las FARC proponen la Asamblea Nacional
Constituyente como un mecanismo de participación popular en los diálogos, para refrendar los acuerdos.
*10 FARC:
“Causa malestar el zigzagueo de Santos”
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